A fines de marzo, en el Concejo Deliberante de Neuquén comenzó a debatir un proyecto para que las farmacias reciban medicamentos vencidos, para evitar que las personas tiren estos tratamientos a la basura, con el riesgo sanitario que esto genera. Ayer, en la última sesión, se aprobó por unanimidad la iniciativa, que creará un programa municipal para esta actividad. La idea es que los mostradores –junto con los centros de salud pública –tengan contenedores sellados para que allí se depositen los tratamientos en desuso. La destrucción final estará a cargo de la comuna. 

El proyecto lo presentó bloque del UNE-NP, y contó con el apoyo del resto de las fuerzas políticas. Ahora, se creará un proyecto un programa de gestión de medicamentos vencidos y productos farmacéuticos domiciliarios caducos, que usará la red de farmacias para recibir esos productos. A partir de esto, se deberá proveer a cada mostrador que integre el programa de contenedores sellados, que impiden el recupero del producto ya depositado. 

“Es una realidad cotidiana que en la mayoría de los hogares existen medicamentos vencidos, dado que por lo general los envases incluyen una cantidad mayor a lo que el médico prescribe, y una vez consumido en las cantidades recetadas, sus remanentes pasan a formar parte de los botiquines y alacenas familiares como stock”, explicó el concejal Francisco Baggio. El edil agregó que “lo que ocurre es que, ante otra posible necesidad, son reutilizados sin prescripción o directamente tirados a la basura, y ambas acciones implican riesgos para la salud humana, tanto en caso de consumirlos sin receta o vencidos y también al desecharlos de forma incorrecta, como puede ser con la basura diaria o tirarlos por la pileta de la cocina o inodoro, ya que ello impacta negativamente en el medioambiente”. 

“Con esto esperamos que los vecinos tomen conciencia y generen el hábito de desechar remedios vencidos en los contenedores presentes en las farmacias de su barrio”, sostuvo por su parte Fernando Schpoliansky, concejal de UNE-PN. En este sentido, el edil advirtió el peligro que implica la presencia en el agua de, por ejemplo, antibióticos, ya que afecta el óptimo funcionamiento de procesos biológicos de tratamiento de aguas residuales, perjudica la vida acuática y mata microorganismos clave para el equilibrio del ecosistema.

Fuente: Mirada Profesional