Notas de Interés
El futuro de la medicina de precisión está en la colaboración público-privada en I+D
La investigación y producción de medicamentos innovadores requiere pensar en colaboración para lograr soluciones a las enfermedades que aún no tienen solución.

 

 



El futuro de la denominada medicina de precisión, que ha empezado a dar sus primeros pasos de la mano de las nuevas terapias génicas y celulares, y que transformará la práctica clínica y el abordaje de las enfermedades, dependerá de la colaboración público-privada en materia de I+D (Investigación y Desarrollo) y la cooperación entre compañías farmacéuticas. Así lo pusieron de manifiesto los responsables de varias compañías farmacéuticas en el marco del XVIII Encuentro de la Industria Farmacéutica Española, que se celebró en Santander bajo el título “25 años de mercado único farmacéutico: 25 años de progreso científico, terapéutico y económico”.


España se ha convertido en "una potencia mundial de primer orden en el ámbito de la investigación clínica", resaltó el presidente en España de la compañía Janssen, Martín Sellés. No obstante, esto no debe hacer olvidar que la investigación y desarrollo de medicamentos innovadores es una actividad "llena de obstáculos en la que cada vez es más difícil mejorar y donde las exigencias regulatorias son cada vez mayores" dijo y añadió que "por eso sólo uno de cada 10.000 compuestos que sintetizamos llega a las manos de los médicos y los pacientes; es un camino largo que cuesta entre ocho y 12 años recorrer, con un coste aproximado de unos 2.400 millones dólares”.

 

En este contexto, es necesario seguir fomentado la colaboración público-privada y la cooperación entre compañías con intereses comunes para afrontar el futuro con garantías de éxito, sobre todo para desarrollar las nuevas "intervenciones terapéuticas que combinan la inmunoterapia con la terapia celular y la terapia génica”, destacó.

 

"Necesitamos medicamentos nuevos con los que podamos curar enfermedades que hoy no tienen curación. Los ciudadanos, los pacientes, demandan inversiones importantes en I+D hoy para que en los próximos años podamos tener estos medicamentos a disposición de todos", agregó el presidente de Janssen. "Nuestro objetivo es traer a España el máximo de inversiones en I+D para ayudar lo máximo posible al cambio del modelo productivo que tanto necesita nuestro país".

 

Por su parte, Cristina Henríquez de Luna, presidenta y consejera delegada de GlaxoSmithKline (GSK) España, recordó que “no se puede olvidar que la I+D biomédica sólo se puede entender hoy desde una perspectiva internacional y bajo un modelo de innovación en abierto y en clave europea”. En este sentido, puso el acento en la importancia de “gestionar de forma adecuada el brexit en el ámbito de la industria farmacéutica”.

 

A su juicio, este es el mayor reto que afrontan en la actualidad las compañías farmacéuticas presentes en Europa (Reino Unido exporta el 48% de su producción en medicamentos a la UE e importa de ésta el 73%), y en este escenario se hace necesario "que Reino Unido y la Unión Europea lleguen a un acuerdo antes de marzo de 2019 en el que se incluyan soluciones específicas que protejan a los pacientes y aseguren la estabilidad del sector".

 

En representación de las compañías con matriz española, el consejero delegado del laboratorio Reig Jofré, Ignasi Biosca, consideró que "después de muchos años de centrar todos los esfuerzos en políticas de precios y costes", ha llegado el momento de que la Administración española apueste por el desarrollo de una industria farmacéutica "sólida en el mercado interno, pero, sobre todo, en los mercados internacionales". Constituimos una industria con capacidad de comprometerse en inversiones para favorecer el tejido industrial del país, las colaboraciones en investigación y el desarrollo sin olvidar la innovación aplicada; una industria comprometida con la creación de empleo cualificado y el aumento de las exportaciones de productos farmacéuticos y, en definitiva, comprometida con el crecimiento del PIB nacional", destacó.

 

Para Biosca, muchas medidas políticas a lo largo del tiempo han desincentivado la innovación, aunque está convencido de que la industria nacional "tiene capacidad de optar a la innovación radical, ejerciendo como tractora de las múltiples iniciativas de nuevos tratamientos farmacológicos que se están desarrollando en pequeñas start-ups biotecnológicas españolas salidas de la iniciativa privada o de proyectos nacidos en los centros de investigación públicos y hospitales españoles y que se encuentran en el primerísimo nivel internacional".

 

"Si España, con sus investigadores y sus centros, es capaz de generar ciencia a nivel internacional, el sistema debe conseguir que parte de esta ciencia se integre en el tejido industrial del país convirtiéndolo en producto disponible para la salud de los españoles y la exportación al resto del mundo", concluyó.

 

Fuente: SERVIMEDIA

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