Argentina alcanzó un hito científico con el inicio de las pruebas preclínicas de una vacuna desarrollada bajo tecnología de ARN mensajero (ARNm), un avance que podría transformar la preparación ante futuras epidemias y pandemias. Este desarrollo se está llevando adelante en la planta de Sinergium Biotech en Garín, con una inversión inicial cercana a un millón de dólares y el apoyo financiero de la Coalición para la Innovación en Preparación ante Epidemias (CEPI), junto a asistencia técnica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La investigación se concentra inicialmente en una formulación dirigida contra el virus de gripe aviar H5N1, un patógeno que ha mantenido vigilancia global por su capacidad de transmitirse de aves a mamíferos y, en casos aislados, a humanos. Esta realidad subraya la necesidad de herramientas que permitan una respuesta rápida y adaptable frente a amenazas biológicas emergentes.
El proyecto se basa en una plataforma de ARNm flexible y “plug-and-play”: su diseño modular permite modificar rápidamente las secuencias que codifican proteínas del patógeno objetivo, lo que abre la posibilidad de reconfigurar la vacuna frente a distintos virus o variantes en cuestión de semanas en lugar de meses. Según los responsables del desarrollo, esta capacidad podría permitir, en escenarios futuros, generar una vacuna eficaz en los primeros 100 días posteriores al descubrimiento de un nuevo virus con potencial pandémico.
Además de su aplicación contra virus emergentes, los equipos científicos ya exploran el uso de esta plataforma para desarrollar vacunas contra bacterias multirresistentes, como Klebsiella pneumoniae, demostrando la versatilidad de las tecnologías de ARNm para enfrentar distintos desafíos sanitarios.
Si bien estos ensayos preclínicos —que incluyen estudios en modelos animales para evaluar inmunogenicidad y eficacia— están proyectados para avanzar durante 2026, los expertos subrayan que este tipo de desarrollos posicionan a Argentina como un actor clave en la producción nacional y regional de vacunas innovadoras. Más aún, el apoyo internacional no solo brinda financiación, sino también experiencia en transferencia tecnológica que puede fortalecer de manera sostenible las capacidades locales.
Este avance ocurre en un contexto global donde las vacunas de ARNm han demostrado su valor desde la pandemia de COVID-19, con aplicaciones que se extienden hacia nuevos campos como virus emergentes y terapias oncológicas. La consolidación de plataformas propias, con respaldo científico y regulatorio, constituye un paso estratégico hacia la soberanía sanitaria y la competitividad biotecnológica de la región.
Fuente: La Brújula 24.