Pharmaceutical Technology Ed. 163
40 Edición Sudamérica 2020 - N º163 Pharmaceutical Techno logy E vitar los medicamentos terminados que tienen mal sabor o gusto amargo es una forma ampliamente aceptada de mejorar la adherencia del paciente y el cumplimiento de un esquema terapéutico, en particular cuando se trata de las poblaciones pediátricas y geriátricas. Sin embargo, muchos API en desarrollo se clasifican como com- puestos amargos. Al profundizar sobre este punto, Kri- zia M. Karry, gerente de marketing téc- nico global de BASF Pharma Solutions, destaca un estudio de Dagan-Wiener et al. que reveló que dos tercios de los fármacos clínicos y experimentales actuales se clasificaron como amargos (1). “Se ha demostrado que la aver- sión al sabor amargo, o en general, la palatabilidad del producto, afecta la finalización del tratamiento”, dice ella. Felicity Thomas La palatabilidad es crucial para la adherencia y el cum- plimiento de los regímenes de medicamentos orales. Este artículo fue publicado anteriormente en Pharmaceutical Technology USA Vol. 43 Nº11 (2019). Traducido por DMV International Traslations Felicy Thomas , Editora de Pharmaceutical Technology Europe. FThomas@mmhgroup.com “Por ejemplo, en 2007 la tasa promedio de finalización del tratamiento de pa- cientes pediátricos fue sólo del 58%, y la palatabilidad y la formulación se constituyeron como los principales factores contribuyentes. Hasta el día de hoy, esto no ha cambiado”. En concordancia, David Tisi, director de operaciones de Senopsys, agrega que, además del sabor amargo, mu- chos ingredientes activos tienen otros atributos sensoriales indeseables, tales como el olor o la irritación del trigémino. “Además, se sabe que los excipientes utilizados para aumentar la solubilidad o para la preservación del fármaco generan o exacerban la dificultad para el enmascaramiento del sabor”, señala. El conocimiento de las dificultades Volviendo 40 años atrás, O’Mahony et al. realizó una serie de experimentos que evaluaban el sabor, la percepción de lo amargo o agrio (2). En los expe- rimentos, se dio cuenta de que existía confusión entre los sabores agrio y amargo en la población general. Para Tisi, las dificultades para determinar cómo un paciente percibe el sabor de un ingrediente es un desafío importante que el formulador debe superar. “Los voluntarios sanos no entrenados a me- nudo describen los fármacos como de sabor ‘malo’ o ‘asqueroso’, lo que no es muy útil ya que no hay un ingrediente ‘bueno’ o ‘delicioso’ en el estante para mejorar la palatabilidad”, dice. A partir de los datos compilados por E v itar el sabor amargo
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