Investigadores del CONICET vienen estudiando desde hace más de 15 años las propiedades de las plantas autóctonas de la Argentina. Y descubrieron que los extractos de jarilla y de café tienen actividad antifúngica y estimulan el crecimiento capilar.
A partir de estos desarrollos se llegan al mercado dos versiones de champú: anticaspa y contra la caída del cabello. "A diferencia de las drogas disponibles en el mercado, estas formulaciones no irritan la piel y no tienen efectos adversos sistémicos o locales", precisó la investigadora Claudia Anesini.