Hasta hace algunos años, los sistemas que requerían una limpieza debían ser retirados de la línea y ser desarmados para luego ser limpiados manualmente. Esto tenía como consecuencia un compromiso en  los niveles de higiene, altos costos por tener la plata parada y por la eventual pérdida de producto, riesgos de seguridad para el operario que trabajara con los químicos, entre otros.

Es por eso que se hizo necesario brindar no solo una solución para los requerimientos de limpieza de una planta al más bajo costo, sino que debían satisfacer además las más altas exigencias de diseño para cumplir con las normas y certificaciones internacionales referidas al manejo de productos farmacéuticos.

Las plantas CIP (Cleaning in Place) circulan liquidos de limpieza a través del equipamiento involucrado en el proceso (tanques, cañerías, válvulas, bombas, etc) durante varias etapas de lavado y enjuague utilizando una cierta cantidad de agua y soluciones de limpieza en una determinada concentración y a cierta temperatura y presión.

Para el éxito de una limpieza CIP es importante un correcto diseño del proceso el cual surge de una detallada evaluación de los siguientes conceptos:

• Caudal (velocidad)
• Temperatura
• Presión
• Tiempo
• Frecuencia de limpieza

Utilizando el concepto CIP sistemáticamente es posible efectuar una limpieza eficiente en un tiempo mínimo evitando paradas prolongadas de producción, generación de incrustaciones y proliferación microbiológica. Cuando se ejecuta un ciclo de lavado CIP con una periocidad definida, que depende del grado y rapidez de ensuciamiento, se pueden prevenir muchos inconvenientes que trae el ensuciamiento, que suele provocar baja en rendimiento de los equipos, potencial contaminación microbiológica y enormes inconvenientes para una limpieza a posteriori.

Autor: Alejandro Solar Fernandez. Project Manager – Edelflex S.A.