Notas de Interés
Investigadores argentinos buscan reproducir proteína clave contra coronavirus
Científicos del Instituto de Nanobiotecnología (CONICET-UBA) trabajan para obtener a gran escala la proteína S que podría servir como insumo para el desarrollo de test, tratamientos y vacunas.

 

 

 

 

"Nuestro objetivo es en dos meses tener la proteína S (espícula) que asoma en la superficie del virus dando esta típica forma de corona y a lo que reacciona el organismo generando los anticuerpos" explicó María Victoria Miranda, investigadora del CONICET en el Instituto de Nanobiotecnología (Nanobiotec) de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB-UBA) y agrega que “la proteína S (Spike) o espícula es una proteína que se encuentra en la membrana del virus y le permite unirse a las células (en este caso del ser humano) que va a infectar. Como está en la superficie es un blanco predilecto del sistema inmune y genera anticuerpos en los individuos infectados. Este principio simple, aunque en la práctica es bastante más complejo y no suele ser tan directo, una de las cosas que permite es diagnosticar pacientes que han cursado la infección viral”.

 

Para "tener" esa proteína, no van a trabajar en el laboratorio con el virus sino que utilizarán métodos biotecnológicos. "Intentaremos producir esta compleja proteína en larvas de insectos, es decir, nos valemos de estos insectos plagas que hay en nuestro país y las utilizamos como 'biofábricas'", explicó.

 

El proyecto se denomina "Producción biotecnológica de la proteína S completa de SARS-CoV-2 y péptidos sintéticos para fines diagnósticos y terapéuticos" y fue uno de los primeros 64 en recibir los subsidios otorgados a partir de la convocatoria de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i). Miranda aclaró que el proyecto también “apunta a sintetizar (producir) químicamente “péptidos cortos” que son otras proteínas que están en la superficie del SARS-Cov-2 y que pueden servir para desarrollar nuevos métodos diagnósticos”.

 

La científica resaltó que “la idea es desarrollar un test serológico de tipo ELISA de alta sensibilidad y especificidad. El objetivo es que pueda detectar cualquier isotipo de inmunoglobulinas específicas para SARS-CoV-2 (IgM, IgA e IgG) y que al utilizar la proteína S recreada exactamente igual a la del virus la sensibilidad sea muy alta, a diferencia de otros test que ya están comercializándose”.

 

Si bien esta investigación llega hasta el test, Miranda explicó que “podrían producir las proteínas y transferirlas. La proteína S es la principal responsable de la unión e infección del virus a las células de los pacientes. En contrapartida, el sistema inmune de una buena parte de los pacientes infectados es capaz de generar anticuerpos capaces de bloquear o neutralizar la unión del virus a nuestras células. Por lo tanto, si se pudieran sintetizar anticuerpos contra esta proteína y los mismos resultasen neutralizantes, se dispondría de una poderosa herramienta terapéutica contra esta enfermedad. Una estrategia relativamente sencilla y económica sería sintetizar la proteína S e inyectarla en animales grandes (caballos) para que éstos generen anticuerpos. Esos anticuerpos son extraídos, tratados y purificados y finalmente formulados bajo la forma de un reactivo terapéutico inyectable. Este procedimiento es análogo al seguido para la producción de antivenenos y antitoxinas. Es importante señalar que dentro del equipo de trabajo se encuentra el INPB, un instituto perteneciente a la ANLIS Dr. Carlos G. Malbrán, el cual es el principal productor de antivenenos a nivel nacional. Por lo tanto, una vez disponible la proteína S, ésta podría incorporarse a la plataforma productiva de antivenenos del INPB, esperando desarrollarse de esta manera un suero terapéutico anti-Covid”.

 

Por último, consultada por la posibilidad de uso en vacuna, la investigadora respondió que “nuestra proteína S podría utilizarse como antígeno en el diseño de una vacuna. Sin embargo, para que esto sea posible es necesario determinar algunos atributos de calidad de la proteína obtenida. Por ejemplo, si la proteína es estable, si se encuentra en una conformación que permita la obtención de anticuerpos neutralizantes y finalmente si es suficientemente antigénica, solo por nombrar tres aspectos críticos. El proceso de obtención de una vacuna es complejo y comienza con el diseño y la obtención del antígeno, pero no se limita solamente a estas actividades”.

 

El equipo de investigación está conformado por cuatro grupos de trabajo de Nanobiotec, al que se suma un equipo del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (IDEHU-FFyB) y una investigadora de Virología de la FFyB; en tanto que la empresa AgIdea proveerá los lotes de larvas.

 

Fuente: Telam

 

 

 

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