Notas de Interés
Fuentes marinas, un potencial para el desarrollo de nuevos fármacos
Los productos naturales procedentes del mar como esponjas, algas o microorganismos permiten generar compuestos bioactivos para tratar distintas enfermedades.

 

 

 

 

 

Los océanos constituyen la mayor fuente biológica disponible de recursos, con una biodiversidad no equiparable a ningún otro ecosistema terrestre. En 2019, la comunidad médica y científica celebró el 50º aniversario de la introducción en la clínica del primer fármaco de origen marino, la citarabina. Este fármaco, también conocido como Ara-C, Cytosar-U®, se aisló por primera vez de una esponja marina (Cryptotheca cripta) y se constató que era capaz de destruir las células cancerosas, bloqueando la función de la enzima ADN polimerasa.

 

Desde principios del siglo XXI, los fármacos de origen marino han entrado en una época de gran desarrollo y en la actualidad, el potencial de los productos naturales marinos como candidatos a fármacos ha sido reconocido en todo el mundo.

 

  • Las vías de desarrollo de medicamentos o principios de origen natural son varias:
  • Productos extraídos directamente de la fuente natural.
  • Derivados semisintéticos.
  • Análogos sintéticos de productos naturales.

 

Los requisitos científicos (eficacia y seguridad) y regulatorios (calidad), así como los procedimientos de registro, tiempo y costes para el desarrollo de estos productos son similares a los de cualquier medicamento de síntesis química o biotecnológica. El costo de desarrollar un fármaco desde su descubrimiento hasta su comercialización se ha duplicado desde 2010. También se ha incrementado el tiempo medio de desarrollo de los fármacos, actualmente en una media de 7,14 años. Además, el desarrollo de nuevos y mejorados métodos de síntesis orgánica ha hecho posible la obtención de compuestos marinos activos prometedores en las cantidades necesarias para realizar los estudios preclínicos y los ensayos clínicos posteriores.

 

Fármacos de origen marino con uso en clinica

 

Las investigaciones científicas sobre elucidación estructural, síntesis y bioensayos han dado lugar a la separación y evaluación clínica de nuevos compuestos bioactivos procedentes de diferentes fuentes marinas como esponjas, algas, microorganismos, bacterias, tunicados, corales, moluscos, algas y pepinos de mar, entre otras. Además, los organismos marinos son capaces de generar cantidades considerables de compuestos bioactivos, incluidos alcaloides, antraquinonas, péptidos, polisacáridos, policétidos y terpenos, que pueden poseer actividades farmacológicas prometedoras.

 

Agentes en fase de desarrollo

 

Un reciente análisis de moléculas en fase de ensayos clínicos (I, II y III) reveló que en la actual cartera de proyectos clínicos existen más de 30 candidatos a fármacos que proceden del entorno marino.

 

Entre los cuatro agentes de origen marino que actualmente están en fase III, dos de ellos se están ensayando como agentes antineoplásicos: la plinabulina y el marizomib. La plinabulina es un análogo de la fenilhistidina (también llamado hamilida) derivado de hongos marinos Aspergillus sp. Actualmente se está investigando en un ensayo clínico de fase III combinado con docetaxel para el tratamiento del cáncer de pulmón no microcítico o de células no pequeñas, con resultados muy prometedores. Por otro lado, el marizomib es una molécula derivada del actinomiceto marino Salinispora tropica que inhibe la vía del proteasoma. Estos compuestos se utilizan principalmente para el tratamiento del mieloma múltiple y del linfoma de células del manto. El marizomib se está evaluando concretamente para el tratamiento de diferentes tipos de cáncer como el glioblastoma, el ependimoma y el mieloma múltiple.

 

La tetrodotoxina y la plitidepsina son los otros dos fármacos de origen marino que se encuentran en fase III de ensayos clínicos. La tetrodotoxina es un alcaloide venenoso obtenido del pez globo que se investiga por sus propiedades analgésicas en el dolor de intensidad moderado-grave. La plitidepsina es un depsipéptido cíclico descubierto en un tunicado marino, la ascidia o Aplidium albicans, ya comercializado con la marca comercial Aplidin® en Australia por la compañía española PharmaMar para el tratamiento del mieloma múltiple. En la actualidad se está investigando en fase III como agente antiviral para el tratamiento de covid-19, por su capacidad inhibitoria de la replicación del virus.

 

Productos con gran potencial

 

Los recientes avances en el desarrollo, la aprobación y el uso terapéutico de fármacos de origen marino confirman el enorme potencial de los productos naturales procedentes del mar.

 

En la actualidad, existen 17 fármacos comercializados, aprobados por la FDA o la Agencia Europea de Medicamentos, cuyo origen procede, directa o indirectamente, de organismos marinos.

 

Aunque el cáncer parece que seguirá siendo, a corto plazo, la indicación principal de estos medicamentos procedentes del océano, cabe esperar una ampliación del espectro de indicaciones en un futuro no muy lejano, incluidas enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares.

 

Fuente: The Conversation

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