Notas de Interés
Desarrollan bacterias controladas por ultrasonido para combatir el cáncer
Modificadas genéticamente, son capaces de infiltrarse en las células cancerosas para destruirlas y pueden activarse para producir medicamentos.

 

 

 

 

 

En un nuevo artículo que aparece en la revista Nature Communications, los investigadores del laboratorio de Mikhail Shapiro, profesor de ingeniería química e investigador del Instituto Médico Howard Hughes, muestran cómo desarrollaron una cepa especializada de la bacteria Escherichia coli (E. coli) que busca e infiltra tumores cancerosos cuando se inyecta en el cuerpo de un paciente. Una vez que las bacterias llegaron a su destino, se pueden activar para producir medicamentos contra el cáncer con pulsos de ultrasonido.

 

“El objetivo de esta tecnología es aprovechar la capacidad de los probióticos diseñados para infiltrarse en los tumores, mientras se usa ultrasonido para activarlos y liberar medicamentos potentes dentro del tumor”, dice Shapiro.

 

El punto de partida para su trabajo fue una cepa de E. coli llamada Nissle 1917, que está aprobada para usos médicos en humanos. Después de ser inyectadas en el torrente sanguíneo, estas bacterias se propagan por todo el cuerpo. El sistema inmunológico del paciente luego las destruye, a excepción de aquellas bacterias que colonizaron tumores cancerosos, que ofrecen un ambiente inmunodeprimido.

 

Para convertir las bacterias en una herramienta útil para tratar el cáncer, el equipo las diseñó de manera que contuvieran dos nuevos conjuntos de genes. Uno es para producir nanocuerpos, proteínas terapéuticas que desactivan las señales que un tumor utiliza para prevenir una respuesta antitumoral por parte del sistema inmunitario. La presencia de estos nanocuerpos permite que el sistema inmunitario ataque el tumor. El otro conjunto de genes actúa como un interruptor térmico para encender los genes nanocuerpo cuando las bacterias alcanzan una temperatura específica.

 

Al insertar los genes dependientes de la temperatura y nanocuerpos, el equipo pudo crear cepas de bacterias que solo produjeron los nanocuerpos supresores de tumores cuando se calentaron a una temperatura desencadenante de 42-43 grados centígrados. La temperatura normal del cuerpo humano es de 37 grados centígrados, por lo que estas cepas no comienzan a producir sus nanocuerpos antitumorales cuando se inyectan en una persona. En cambio, crecen silenciosamente dentro de los tumores hasta que una fuente externa los calienta a su temperatura desencadenante.

 

“El ultrasonido enfocado nos permitió activar la terapia específicamente dentro de un tumor. Esto es importante porque estos potentes medicamentos, que son tan útiles en el tratamiento de tumores, pueden causar efectos secundarios significativos en otros órganos donde nuestros agentes bacterianos también pueden estar presentes”, explica Mohamad Abedi, un exestudiante de doctorado en el grupo de Shapiro que codirigió el proyecto y ahora es becario postdoctoral en la Universidad de Washington. Y agregó que: “Este es un resultado muy prometedor porque muestra que podemos dirigir la terapia correcta al lugar correcto en el momento adecuado”. “Pero como con cualquier nueva tecnología, hay algunas cosas que optimizar, incluida la adición de la capacidad de visualizar los agentes bacterianos con ultrasonido antes de activarlos y dirigir los estímulos de calentamiento a ellos con mayor precisión”.

 

Fuente: TN

 

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