Notas de Interés
Avanzan en vacunas preventivas contra tres tipos de cáncer
El objetivo sería aplicarlas a las personas con mayores chances de desarrollar tumores de páncreas, colon y mama.

 

 

 

 

 

 

 

A diferencia de las vacunas contra las enfermedades infecciosas, la promesa de las vacunas contra el cáncer sólo ha quedado para los investigadores, a pesar de sus arduos esfuerzos. Sin embargo, actualmente se está avanzando en el desarrollo de tres tipos de vacunas que podrían aplicarse para prevenir la enfermedad en personas con mayores riegos de tener estos tumores.

 

La primera vacuna se aplica a personas con una probabilidad sumamente alta de desarrollar cáncer de páncreas, uno de los cánceres más difíciles de tratar una vez que está en marcha. Otros estudios de vacunas involucran a personas con alto riesgo de cáncer de colon y de mama.

 

Por supuesto, estas investigaciones están en sus inicios y los esfuerzos de la vacuna podrían fracasar. Pero los datos en animales son alentadores, al igual que algunos estudios preliminares en pacientes humanos. "No hay razón para que las vacunas contra el cáncer no funcionen si se administran en la fase más temprana", dijo Sachet Shukla, que dirige un programa de vacunas contra el cáncer en el Centro Oncológico MD Anderson de Texas. "Las vacunas contra el cáncer -añadió- son una idea a la que le ha llegado su hora".

 

En el cáncer de páncreas, según explica la doctora Elizabeth Jaffee -subdirectora del Centro Oncológico Integral Sidney Kimmel de la Universidad Johns Hopkins-, el primer cambio en las células normales en el camino hacia la malignidad es casi siempre una mutación en un conocido gen del cáncer, el KRAS. Le siguen otras mutaciones, siendo seis las que impulsan el crecimiento del cáncer de páncreas en la mayoría de los pacientes. Esta idea permitió a los investigadores del Hopkins idear una vacuna que entrenara a los linfocitos T (glóbulos blancos del sistema inmunitario) para que reconocieran las células con esas mutaciones y las mataran.

 

Su primer ensayo, un estudio de seguridad, se realizó en 12 pacientes con cáncer de páncreas en fase inicial que ya habían sido tratados con cirugía. Aunque el cáncer se detectó poco después de su aparición y a pesar de haber sido tratados, los pacientes con cáncer de páncreas suelen tener entre un 70% y un 80% de posibilidades de sufrir una recidiva en los años siguientes. Cuando el cáncer de páncreas reaparece, es metastásico y mortal. Sin embargo, dos años después, esos pacientes aún no han tenido una recidiva. La vacuna parece segura y ha provocado una respuesta inmunitaria contra las mutaciones habituales de este cáncer.

 

En cierto sentido, la búsqueda de vacunas contra el cáncer comenzó con Olivera Finn, profesora de los departamentos de inmunología y cirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh. En 1993 comenzó con una vacuna dirigida al núcleo de una molécula, la muc1. En las células normales, la molécula es invisible para el sistema inmunitario porque está cubierta por una cantidad de moléculas de azúcar. Pero en los cánceres de colon, mama y páncreas, puede hacerse visible para el sistema inmunitario. Eso hizo que pareciera una diana perfecta para la vacuna, ya que podría permitir que el sistema inmunitario atacara únicamente a las células cancerosas. "Teníamos este ensayo en 63 pacientes con cáncer en fase 4. Habían fracasado todas las terapias", explicó Finn.  Sin embargo, en sus estudios iniciales, Finn y sus colegas tuvieron claro que los cánceres estaban demasiado avanzados para que las inmunizaciones funcionaran. Por ese motivo, en la actualidad centraron sus estudios en personas cuyas colonoscopias habían detectado pólipos avanzados, bultos que pueden crecer en el colon, pero de los que sólo una minoría se convierte en cáncer. El objetivo es que la vacuna estimulara el sistema inmunitario para prevenir nuevos pólipos.

 

Si bien funcionó en ratones, un estudio terminado recientemente, de 102 personas en seis centros médicos, asignadas al azar para recibir la vacuna preventiva o un placebo, tuvo un resultado diferente. Todos tenían pólipos de colon avanzados, lo que les daba un riesgo tres veces mayor de desarrollar cáncer en los 15 años siguientes en comparación con las personas sin pólipos. Sólo una cuarta parte de los que se vacunaron desarrollaron una respuesta inmunitaria, y no hubo una reducción significativa de la tasa de reaparición de pólipos en el grupo vacunado. "Tenemos que trabajar para conseguir una vacuna mejor", dijo Robert Schoen, gastroenterólogo colega de Finn en la investigación.

 

Por otra parte Mary Disis, directora del Instituto de Vacunas contra el Cáncer de la Universidad de Washington, quiere prevenir el cáncer de mama en mujeres con variantes genéticas que las ponen en alto riesgo. Uno de sus objetivos es ayudar a las mujeres que tienen un carcinoma ductal in situ, lo que los médicos llaman un precáncer. La cirugía es el tratamiento estándar, pero algunas mujeres también se someten a quimioterapia y radiación para protegerse del desarrollo de un cáncer de mama invasivo. "Lo ideal sería que una vacuna sustituyera esos tratamientos", afirma.

 

Empezó por estudiar las células madre del cáncer de mama. Estas células, que se encuentran en los primeros cánceres, son resistentes a la quimioterapia y la radiación, y pueden hacer metástasis. Son el motor de las recidivas de los cánceres de mama, explica Disis, que ha recibido subvenciones de empresas farmacéuticas y es fundadora de EpiThany, una empresa que desarrolla vacunas.

 

Disis y sus colegas descubrieron una serie de proteínas en estas células madre que eran normales pero que se producían a un nivel mucho mayor en las células cancerosas que en las no cancerosas. Eso ofreció la oportunidad de probar una vacuna que produjera algunas de esas proteínas. La vacuna se probó en mujeres con cánceres avanzados que estaban bien establecidos. No curó los cánceres, pero demostró que la vacuna podía proporcionar el tipo de respuesta inmunitaria que podría ayudar en las primeras fases de la enfermedad.

 

Disis tiene previsto intentar vacunar a pacientes con carcinoma ductal in situ o con otra enfermedad precancerosa, la hiperplasia ductal atípica. Su grupo tiene una vacuna desarrollada para atacar tres proteínas que se producen en cantidades anormalmente altas en estas lesiones. La esperanza, dijo, es hacer que las lesiones se reduzcan o desaparezcan antes de que las mujeres se sometan a una cirugía para extirparlas. "Esto sería una prueba de que la vacuna tiene un efecto limpiador", expresó. Si la vacuna tiene éxito, las mujeres podrían sentirse cómodas renunciando a la quimioterapia o a la cirugía.

 

"Realmente creo que veremos unas cuantas vacunas aprobadas para la clínica en los próximos cinco años", dijo Disis. Las primeras vacunas, predice, se utilizarán para prevenir las recidivas en pacientes cuyo cáncer haya sido tratado con éxito. "Después, creo que pasaremos muy rápidamente a la prevención primaria, administrando vacunas a personas sanas con alto riesgo”, afirmó.

 

Fuente: clarin

 

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