Notas de Interés
Investigación argentina podría contribuir con el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas
Investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario descubrieron que a través de la utilización de exosomas, "comunicadores celulares" presentes en el cerebro, se puede incentivar la regeneración de neuronas dañadas.

 

 

La capacidad de las células nerviosas de regenerarse cuando se producen daños de distinta magnitud no es suficiente como para revertir los efectos de enfermedades neurodegenerativas, accidentes cerebrovasculares (ACV) y lesiones cerebrales, aún cuando la investigación científica ha demostrado que incluso en el cerebro de un adulto "hay nichos de células madre".

 

Esta es una de las razones por las cuales científicos de todo el mundo trabajan buscando procedimientos que, potencialmente, podrían revertir los efectos de estas afecciones para mantener o incluso mejorar la calidad de vida de quienes las padecen. Y un reciente descubrimiento gestado en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) podría representar un importante aporte en este sentido.

 

Lo que descubrieron los investigadores del laboratorio rosarino es que a través de la utilización de exosomas, "comunicadores celulares" presentes en el cerebro, se puede incentivar la regeneración de neuronas dañadas. Los exosomas no son células, pero tienen un papel crucial en los procesos de comunicación y reparación de éstas, por lo que son de interés para la búsqueda de tratamientos para enfermedades crónicas y se emplean en medicina regenerativa.

 

Claudia Banchio, investigadora del instituto dependiente del CONICET y la Universidad Nacional de Rosario, explicó que estos resultados llegaron luego de "años de trabajo de laboratorio" que les permitieron demostrar que "las neuronas se pueden regenerar" a través del aporte de los exosomas.

 

La investigadora destacó que si bien ya se sabía que "son las células madre las que generan neuronas cuando nos desarrollamos como embriones" y que "hay nichos de células madre incluso en el cerebro adulto", el aporte de su trabajo radica en que demuestra "cómo promover que estas células se diferencien de neuronas en condiciones de daño".

 

Si las investigaciones sobre la aplicación de los exosomas para la regeneración neuronal siguen avanzando con buenos resultados, podrían representar eventuales tratamientos o incluso una cura para enfermedades como el alzheimer, el parkinson, la esclerosis múltiple o lateral amiotrófica y los ACV, entre otras. "El problema con estas enfermedades es que no tienen cura, y que el trasplante de células madre de fuentes exógenas tiene resultados que no son favorables", precisó Banchio, y agregó que "las células madre que tenemos en el cerebro no son suficientes para reparar el daño".

 

La investigadora indicó que en el laboratorio del IBR tienen cultivos de células madre y que lo que hacen con ellos es "utilizar comunicadores celulares llamados exosomas, que normalmente tenemos en el cerebro, que son como hormonas". Además, explicó: "Lo que hacemos es purificar estas vesículas de células madre neurales. Esto es lo que no se sabía, el hecho de que esas vesículas pueden inducir a las propias células para dividirse y hacer copias de sí mismas, aumentando el número de células madre" y por ende, la capacidad de regeneración, lo que se llama reserva cognitiva.

 

En cuanto a su hipótesis, detalló que "si pudiéramos acceder a la zona de penumbra (como se llama a los puntos en los que hay neuronas muertas o a punto de morir) a través de estos exosomas, se podrían generar células vivas", disminuyendo así "las dificultades cognitivas o motoras" del paciente.

 

Al respecto, Banchio agregó que si bien se trata de "un desarrollo de ciencia básica", los resultados de su trabajo les permitieron conseguir la financiación del fideicomiso SF 500, una aceleradora que cuenta con el apoyo de la provincia de Santa Fe y la compañía Bioceres.

 

"Con ese aporte pudimos fundar una startup que se llama EXO+, para acelerar esta investigación y poder desarrollar productos que van a ser evaluados por nosotros en modelos animales de neurodegeneración, cubiertos con una patente", apuntó. Una vez se avance en esa etapa, los descubrimientos serían transferidos "a empresas farmacéuticas más grandes que puedan hacer los ensayos clínicos".

 

Por último, Banchio destacó que los resultados de los ensayos de toxicidad realizados en animales tuvieron resultados positivos, y que los de biodistribución les permitirán identificar con mayor precisión sobre qué sectores del cerebro impacta este tratamiento, que está pensado para distribuirse bajo modalidad de administración intranasal.

 

Fuente: Rorario 3

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